Intel y sus tarjetas de actualización

No habĆ­a mucho para decir del procesador Pentium G6951. Dos nĆŗcleos, zócalo LGA 1156, 2.8 Ghz de reloj y 3 MB de cachĆ© L3 eran sus especificaciones, pero existĆ­a una forma de aumentar la memoria cachĆ© a 4 MB, e incorporar soporte para Hyper-Threading. ¿Cómo? A travĆ©s de una tarjeta de actualización, apenas una simple cartulina con un código especial, que aplicado en un software dedicado, podĆ­a liberar estos recursos adicionales. El costo de la tarjeta era de cincuenta dólares, y no fueron muchos los que lo vieron como un negocio razonable. AĆŗn asĆ­, la idea de la actualización de hardware por software quedó flotando en el fondo de nuestras mentes. Si Intel podĆ­a hacerlo en sus procesadores, otros fabricantes podrĆ­an implementar algo similar en sus productos.



Ha pasado casi un aƱo desde entonces, y las tarjetas de actualización han regresado, pero esta vez no es un Ćŗnico procesador el que puede verse beneficiado con este “upgrade dinĆ”mico”, sino tres. El Core i3-2102, el i3-2312M y el Pentium G622 no han sido lanzados al mercado todavĆ­a, aunque ya se conocen sus especificaciones. El i3-2102 recibirĆ­a un aumento en su velocidad de reloj de 500 Mhz, pasando de 3.1 a 3.6 Ghz. El i3-2312M aumentarĆ­a tanto reloj como cachĆ©, de 2.1 Ghz y 3 MB a 2.5 Ghz y 4 MB. Finalmente, el Pentium G622 contarĆ­a con un overclocking de 600 Mhz, saltando de 2.6 Ghz a 3.2 Ghz. El incremento en el rendimiento no podrĆ” ser comprobado hasta que los procesadores lleguen al mercado, pero Intel habla de un mĆ­nimo del 10 por ciento y un mĆ”ximo del 23 por ciento, segĆŗn entorno y aplicaciones.



 Tal y como sucedió en la ocasión anterior, esta tarjeta de actualización puede ser Ćŗtil para usuarios que poseen un ordenador dentro del perĆ­odo de garantĆ­a y no pueden modificar la configuración de hardware, o para los que cuentan con una portĆ”til y desean exprimirla un poco mĆ”s. Sin embargo, el tema del costo arroja una alerta. Se estima que el precio del Pentium G622 serĆ” de 65 dólares. Si la tarjeta continĆŗa teniendo el mismo valor que el aƱo pasado (50 dólares), un usuario pagarĆ­a el 77 por ciento del valor del procesador por apenas 600 Mhz de incremento. Desde ese punto de vista, serĆ­a mucho mĆ”s eficiente invertir sobre un procesador mayor desde un comienzo.

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