Seguramente viviríamos más tranquilos si la gente fuera tan adicta al socialmente inocuo revisar de correo y Twitear que al peligroso alcohol, drogas y tabaco. Bueno. Esto en realidad es así, ya que el grupo de trabajo a cargo de Wilheim Hofmann realizó un experimento para determinar cuánto podemos resistir nuestros deseos, resultando que el tabaco y el alcohol es más resistible que Twittear o revisar la casilla de correo. La responsabilidad, el ocio, la psicología del deseo de bajo costo y una forma bastante moderna de hacer el experimento. Como para quitarnos esa sensación de “Esto ya lo sabe hasta mi mamá”
A riesgo de quedar como un estadístico de mente fría, podría decir que probablemente todos los que estén leyendo estas palabras tienen algún caso conocido (o incluso propio, ejem!) de adicción al alcohol, a las drogas o a la nicotina. Estos tres tipos de adicciones son irreprochablemente las más dañinas para la salud, y lastimosamente suelen ser las más masivamente sufridas. Su manifestación es evidente cuando actualmente mueren 5.4 millones de personas por año debido al tabaquismo, por ejemplo, y las campañas y educación al respecto no dan abasto sobre el asunto. ¿Pero qué tal si comparamos este tipo de adicción con otras menos públicas? O, mejor dicho, menos declaradas como adicciones populosas y peligrosas. Esto ha hecho la Chicago University's Booth Business School, que ha dado con un resultado que a muchos parecerá obvio, pero que igual demanda atención: ¿Qué cosas deseamos? ¿A cuáles nos resistimos más?
El experimento que se llevó a cabo para responder esta pregunta contó con la participación voluntaria de 205 personas de la ciudad alemana de Würtzburg en un rango etario que va desde los 18 años hasta los muy maduros 85. El proceso de investigación que se realizó en el exterior del laboratorio y sin la subjetivamente modificadora presencia de los científicos junto a los investigados, trataba sobre interpelar a los participantes siete veces por día durante 14 horas a través de un Blackberry para saber qué tipo de deseos estaba teniendo o tuvieron en los últimos 30 minutos. Buscando patrones de situaciones y circunstancias, respuestas comunes y todo indicio de realidad en la respuesta, los investigadores empezaron a notar rápidamente que la mayoría de los mensajes recibidos por los conejillos de indias humanos contaban situaciones de deseo cuasi irresistible (se les preguntó por la potencia de cada deseo) en el 78% de los casos.
El principal número se lo llevaron los deseos de dormir y de tener ocio, algo que es de fácil intuir para cualquier adulto no extrarrestre. Además encontraron que a medida que el día avanza, la voluntad baja, y entonces la gente se mostró con alta capacidad para resistir sus deseos de actividad sexual, de gasto de dinero y de deporte, pero no así de trabajar. Es decir, obligaciones que pesan más que los deseos, a pesar de que mostremos con nuestra actitud social lo contrario. Aquí es donde los científicos encontraron lo que nos ocupa, hay una mayor resistencia al tabaco, el alcohol y las drogas que al uso de los social media como Twitter o el correo electrónico.
La explicación fue más que concluyente, el fácil acceso a la satisfacción del deseo impera en la mayoría de los casos. Incluso en aquellos donde no hay patologías o afecciones psicológicas que requieran tratamiento. El problema que detectaron los científicos (y cualquier madre preocupada) es que debido a que es fácil de satisfacer y cuesta menos en relación a otras adicciones fuertes, el uso frecuente hace perder más tiempo del que la persona cree valorable dedicarle, y eso genera más tensión y deseos de evadirla satisfaciendo otras necesidades. Lo que reaviva el círculo vicioso del exceso de obligaciones que requieren exceso de ocio para tolerarse y viceversa.
0 Comentarios