Estudio profundo de la pornografía en Internet


Hoy vamos a hablar de pornografía. Sí, dije “pornografía”, y también dije “hablar”. Probablemente pienses que no hay nada que hablar sobre pornografía si tenemos en cuenta la forma en la que se... bueno, “consume”. Sin embargo, nada puede estar más lejos de la realidad. El especialista Jon Millward pasó los últimos seis meses procesando información sobre diez mil actores y actrices dedicados al entretenimiento para adultos. El resultado final no sólo cambia notablemente nuestra perspectiva sobre la pornografía, sino que también pulveriza estereotipos establecidos desde hace años.

“¿Como cuáles?”, puedes preguntar. Millward comienza su trabajo planteando un ejercicio mental bastante sencillo: “Imagina a la actriz porno promedio”. ¿Cuál es la idea básica instalada en nuestras mentes? ¿Qué es lo primero que aparece? No trates de recordar escenas de películas o vídeos de los millones que hay disponibles en la Web (y que no necesito decirte cómo buscarlos, supongo). Más allá de las “preferencias” y las “desviaciones” que cada persona puede tener “dentro” de esas preferencias, la actriz porno promedio surge como una rubia de pechos grandes. ¿Pero qué dice la pornografía al respecto? ¿Qué revela la industria misma? Y lo más importante: ¿Qué es lo que pasa completamente desapercibido? Al otro lado del charco tienen una frase: “El diablo está en los detalles”. Y en un mercado extremadamente visual, con fluidos y gemidos al por mayor, los números pueden dar más de una sorpresa.

"Nikki Lee" y "David Lee". Sí... definitivamente "nombres porno". - Pornografía

"Nikki Lee" y "David Lee". Sí... definitivamente "nombres porno".


La clave para entender esto se encuentra en el portal del IAFD, siglas para “Internet Adult Film Database”, el equivalente al IMDB para películas porno (sí sí, enlace al final del artículo). Prácticamente todo lo que necesitas saber de una actriz, un actor, una serie de películas o una productora, lo más probable es que lo encuentres allí. La base de datos indica que tiene a más de cien mil integrantes de la industria porno registrados, pero en el desarrollo de la infografía se tomaron diez mil, el 70 por ciento siendo mujeres. En parte, todo comienza con los nombres de los actores. A pesar de la creencia general, el contexto estratégico a la hora de escoger un nombre artístico es amplio. El “impacto” tiene un gran valor: Después de todo, si yo digo “Michelle Chapman” probablemente no provoque nada en quien está leyendo esto, pero si agrego que el nombre artístico de Michelle Chapman es en realidad “Tori Black”, bueno... ¿qué no sabemos de Tori Black a esta altura? En cuanto a los nombres más comunes del porno, Nikki en las mujeres y David en los hombres están a la cabeza, mientras que “Lee” es el apellido más usado en ambos casos.

No... las rubias no dominan. Hemos vivido equivocados. (?) - Pornografía
No... las rubias no dominan. Hemos vivido equivocados. (?)

El estudio de Millward se centra sobre actores y actrices estadounidenses a la hora de procesar ciertos factores. Y eso nos hace regresar a la idea previa de la rubia con pechos grandes. Nuestra mente dice una cosa, pero los números dictan otra: Casi el 40 por ciento de las actrices tienen el pelo castaño, mientras que el rubio reclama el segundo lugar con el 32,7 por ciento, valor que al mismo tiempo se debe tomar con pinzas. ¿Por qué? La respuesta está en un viejo chiste dentro del porno: “¿Qué hay en común entre un avión y una actriz porno rubia? Que tienen una caja negra”. Y también están los pechos, que en promedio, son más pequeños de lo que podemos ver imaginar. Después de sudar sangre al luchar con las conversiones de tamaño de busto, puedo decir con cierto grado de certeza que el promedio establecido en el “34B” estadounidense entre las actrices porno es un “75C” en algunos países de Europa y un “90” en Francia. Si la “visualización” se complica... alcanza con buscar “34B” en Google Images.


Entonces, las rubias no acaparan el mercado porno, y sus pechos no son tan grandes. ¿Qué hay del color de piel? En realidad, “color” es un término injusto. ¿Tal vez “etnia” sería una palabra más adecuada? El punto es que en esta fase, la infografía se basa en los datos de cinco mil actrices: El 70,5 por ciento son “caucásicas” o “blancas”, seguidas por el 14,5 por ciento de actrices negras, 9,3 por ciento de latinas, y 5,2 por ciento de asiáticas. IAFD demuestra ser una herramienta valiosa aquí, ya que algo muy común entre los vídeos porno es el error de categorización (por ejemplo, muchos entusiastas creen que Rebeca Linares es latina). Los integrantes de la industria del cine porno también tienen muy bien definido qué es lo que “hacen” y “no hacen” frente a la cámara. Algunas actrices se niegan sistemáticamente a realizar determinados actos, mientras que otras esperan a que las condiciones económicas sean más favorables. La infografía revela que el 87 por ciento de las actrices realizó sexo oral al menos una vez en su repertorio de filmes. El 62 por ciento hizo una escena anal (se pagan mejor), y el 53 por ciento tuvo una escena interracial. Los números bajan a medida que el acto se vuelve más “pesado”: Menos del 40 por ciento accede a las penetraciones dobles, y cosas como “tragar” o recibir un “creampie” representan a menos de un tercio de las actrices.

Las escenas y los títulos transmiten mucho más que lo obvio... aunque algo como "My Wife and her Teen Daughter" seguramente sería muy popular... - Pornografía
Las escenas y los títulos transmiten mucho más que lo obvio... aunque algo como "My Wife and her Teen Daughter" seguramente sería muy popular...

  Para cerrar, llegamos a los roles. Más allá de los actores, tiene que existir un contexto en cada escena... ¿cierto? Sabemos que el término “MILF” precede a su popularización en la película “American Pie”, y que existe otro ejemplo histórico en una película como “El Graduado”, pero las MILFs son todo un género dentro de la industria porno. Aún así, “MILF” se queda en el segundo lugar a la hora de formar parte del título de una película, superado ampliamente por “Teen”, con casi dos mil títulos asociados. “Wife” aparece en el tercer lugar, y la razón es obvia: La “mujer del prójimo” es algo que hace girar muchos engranajes. Ahora, ¿cuándo una MILF es realmente “MILF”? El promedio calculado es de 33 años, pero en el 20 por ciento de los casos, las MILFs tenían entre 20 y 25 años. Dicho de otra forma, el género “MILF” no tiene que estar necesariamente asociado a mujeres de mayor edad. ¿Quieres más sobre esa “actriz porno promedio” en tu mente? ¿Te interesa saber la relación entre tatuajes y piercings? ¿O con cuántas mujeres en general se acuesta cada actor en su carrera? Los enlaces están más abajo. Hasta aquí, lo más probable es que el porno siga siendo visto de forma superficial, pero después de conocer todo esto, ¿qué piensas?

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